El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, exponía en la tarde de ese miércoles ante la citada Comisión. Varios periodistas tuvieron serios inconvenientes para ingresar al salón de reuniones del Anexo del Congreso en donde se desarrolló, paradójicamente, la comisión de libertad de expresión. La seguridad del evento estuvo a cargo de Cambiemos.

    “Creo que los jueces tenemos la obligación de poner en conocimiento a la ciudadanía del contenido de una investigación de estas características”, sostuvo el magistrado que está a cargo de una causa que investiga una presunta trama de contrainteligencia y espionaje.

    Se trata de la causa por la que fue procesado con prisión preventiva el falso abogado Marcelo D’Alessio, acusado de presunta extorsión al empresario Pedro Etchebest en nombre del fiscal Carlos Stornelli, quien instruye la causa de los cuadernos.

    Ramos Padilla destacó que apenas dictó el procesamiento de D’Alessio, la Bicameral de Inteligencia del Congreso le requirió información. “Se trata de documentos, archivos y legajos que tienen información sensible”, señaló.

    “Voy a tomar todos los recaudos necesarios para preservar la investigación, la integridad y los datos reservados de las víctimas (de la supuesta organización de contrainteligencia); y no voy a hacer conclusiones sino voy a exponer la información recogida hasta el momento”, expresó en el arranque de su exposición.

    Además, sostuvo que “a esta altura de la investigación no hay afectación alguna a la Ley de Inteligencia Nacional” ya que tanto la Agencia Federal de Inteligencia como el Ministerio Público confirmaron que D’Alessio “no es agente ni funcionario público”.

    El magistrado detalló que el empresario Pedro Etchebest denunció el 28 de enero pasado una “extorsión en curso”, que acompañó con 14 horas de audios, videos e imágenes, y formuló una querella en la que implicaba a un juez y a un fiscal en el pedido de dinero.

    “Quiero decirles que nunca creí que un fiscal de la Nación pudiera estar pidiendo dinero a quien decía públicamente que era agente de la DEA”, aclaró, señalando que de todos modos la investigación estaba en curso, y detalló además que escucharon las 14 horas de grabaciones y dispusieron la intervención telefónica de Marcelo D’Alessio.

    “En los pocos días que duró esa intervención telefónica, el teléfono de línea pudimos ver solo con 10 días de investigación varios hechos que nos daban cuenta de la posibilidad de que esta organización cometiera varios delitos de manera simultánea y de todo tipo”, comentó.

    En esas conversaciones decía por ejemplo “yo no los quiero meter en cana a los chabones, yo los quiero hacer desaparecer”, a lo que D’Alessio decía: “Yo me dedico a estas cosas, yo me dedico a esto”. A continuación, Ramos Padilla leyó partes de las escuchas en las que quedaban expuestas las presuntas extorsiones a las que se dedicaba.
    “Quiero decir que estos fueron seis, siete días de lo que reflejaban las intervenciones al teléfono de línea; sin embargo, en una de estas conversaciones, la gente de Prefectura que estaba interviniendo nos hizo hacer saber que se podía haber filtrado el allanamiento que estábamos previendo -agregó-. Como en una maniobra dinámica estábamos investigando una posible extorsión y el momento en el que se iba a hacer el pago, así que se libraron órdenes a distintos jueces” de diferentes circunscripciones.

    Como esa información se habría filtrado, contó, “directamente fui yo a hacer el allanamiento junto con dos secretarios y una pequeña comisión de Prefectura. Y ahí es donde cambia el objeto de la investigación 180°”, comentó, pues contó haber encontrado documentación y legajos de inteligencia, cuadernos con datos sensibles acerca de los hijos, de las esposas, de los allegados, de las personas que eran objetivos; elementos de espionaje, cámaras ocultas, llaveros drones”.

    Incluso un arma que les llamó la atención por cuanto para ingresarla al país hay que tener permisos especiales, comentó, para concluir que tal vez la explicación más clara del cambio del objeto de la investigación, él pensó que era un juez de Lomas de Zamora el que hacía el allanamiento, ante lo cual fue a resistirlo. A continuación, transmitió un audio en el que se escuchaba a D’Alessio diciendo que llevaba adelante investigaciones contra terrorismo y narcotráfico.

    “A partir de ese momento, un allanamiento duró 12 horas, decidimos correr vista al fiscal, que amplió la investigación y requirió que se investigue la asociación ilícita”, comentó el magistrado, que contó que a partir de entonces comenzó a discutirse el tema en los medios de prensa, y citó un tuit de la diputada Elisa Carrió advirtiendo que “esta investigación era una operación”, y luego a las pocas horas la web de Horacio Verbitsky El Cohete a la Luna difundió el caso.

    En los días siguientes comentó el juez, se siguió hablando en los medios de comunicación de que “esto era un pedido de dinero de un fiscal juntamente con un agente o alguien que lo había girado; cuando en realidad, desde ese momento estábamos investigando una red de espionaje político judicial de magnitudes”.

    A continuación, Ramos Padilla advirtió que “lo cierto es que el caso que puede involucrar a un fiscal, no a uno solo, sino a varios, a un periodista, a un juez, es ínfimo… Lo que estamos viendo puede perjudicar las relaciones con Estados Unidos, con Venezuela, con Israel y con la República del Uruguay. Porque esta organización tuvo incidencia en distintos ámbitos de incumbencia de varios países”.

    Por eso, agregó, “desde un primer momento fue intención de este juez de Dolores darle institucionalidad (a la causa); le reclamé al procurador general de la Nación que interviniera cuando la causa estaba en secreto de sumario; le pedí por favor que no quería inmiscuirme en las investigaciones que llevaba adelante el fiscal de la Capital, pero que tenía que avanzar en la averiguación de la verdad, y que era necesario determinar si este agente había participado en otras maniobras de espionaje judicial por ejemplo. No tuve la respuesta esperada”.

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