Sergio Massa ya se puso en la piel de presidente de la Cámara de Diputados y comenzó a trazar, en su mente, algunos de los lineamientos de lo que será su gestión en los próximos cuatro años. El tigrense juró en el cargo en la sesión preparatoria de este miércoles y entrará en funciones el próximo martes, con un diciembre intenso por delante.
“Tengo que cambiar el chip. Ahora soy el presidente de los 256 diputados”, comenta Massa ante sus colaboradores, a sabiendas de que a partir de ahora estará obligado a adoptar un perfil moderado, en una Cámara ultrapolarizada donde el Frente de Todos no tendrá el quórum por sí solo y deberá negociar ley a ley con la oposición. Es más, su deseo es que, aunque el futuro oficialismo logre la mayoría para la aprobación de los proyectos, las leyes salgan con consensos y amplios respaldos a nivel numérico.
Pero más allá de la cuestión política, el futuro titular del Cuerpo ya tiene pensadas algunas reformas que buscará emprender, algunas con mayor urgencia que otras. Emilio Monzó, actual presidente, le dejó la vara alta, en función de algunos avances en materia de transparencia y obras edilicias importantes.
En principio, Massa tiene previsto firmar una resolución para garantizar que las presidencias de las comisiones sean divididas entre hombres y mujeres por igual. En su discurso inaugural, el diputado electo anticipó que esa es la intención del Frente de Todos, pero según supo parlamentario.com, ratificará esa decisión con su puño y letra.
También habrá otra novedad a nivel de comisiones: la de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia se dividirá en dos, quedando por un lado la de Mujer y Diversidad, y por otro, la de Familia y Niñez. La propuesta original pertenece a diputadas de distintos bloques y fue retomada por Máximo Kirchner, futuro jefe del bloque del Frente de Todos.
En sus planes, Massa tiene el de llevar la Cámara al interior del país, con “sesiones en distintas provincias cada 90 días”. Su intención es “sacar la Cámara a la calle” y, a la vez, que eso redunde en un beneficio para los diputados. En ese sentido, evalúa además que algunas comisiones puedan mantener reuniones en distintas regiones, acorde a los temas que se encuentren en tratamiento.
Por otra parte, encomendará a su secretario parlamentario, Eduardo Cergnul, la revisión de algunos artículos del reglamento de la Cámara baja, con el objetivo principal de agilizar las sesiones. Durante la gestión de Monzó hubo un intento por reformar el reglamento, en el que trabajó la diputada Silvia Lospennato en conjunto con el CIPPEC, pero no hubo avances.
Entre las modificaciones que plantea Massa figura la de priorizar el debate legislativo durante las sesiones y dejar otras instancias que dilatan la discusión de los proyectos -puntualmente los homenajes y las cuestiones de privilegio- para el final de las jornadas.
En el mismo sentido, buscará agilizar las sesiones informativas del jefe de Gabinete, circunscribiéndolas a “cuatro o cinco grandes temas” sobre los cuales versen las preguntas y las respuestas. Se espera que Santiago Cafiero, futuro ocupante del puesto, se presente con regularidad ante el Congreso, tal como lo hizo -aunque con altibajos- Marcos Peña.
