El Gobierno nacional enviará al Congreso un proyecto de ley para promover la producción de cannabis con fines medicinales e industriales en Argentina. Así lo anunció el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de sesiones legislativas, y en esos términos lo trabaja desde hace un mes el Ministerio de Desarrollo Productivo en conjunto con distintos referentes de la bancada oficialista de ambas cámaras legislativas. A fines de enero, dos meses después de que el cultivo de cannabis para uso terapéutico fuera legalizado por una nueva reglamentación de la Ley de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, ya se había alcanzado el primer acuerdo público privado para impulsar la producción nacional entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la compañía Pampa Hemp.

    “El cannabis tiene propiedades de gran utilidad con fines medicinales e industriales. La industria mundial del cannabis medicinal triplicará su volumen de negocios en los próximos cinco años. El proyecto prevé la utilización del cultivo exclusivamente con fines de industrialización para uso medicinal e industrial“. Esas fueron las palabras con las que este lunes el presidente anunció que el Ejecutivo enviará un proyecto de ley al Congreso para promover la producción de cannabis con fines industriales y medicinales. El proyecto se enmarca en un paquete de seis leyes que Fernández presentó como “destinadas a dinamizar la estructura de crecimiento que abordan nuevos desafíos tecnológicos y productivos”.

    Es un día histórico“, calificó en diálogo con Página/12 Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (ArgenCann) y director de Pampa Hemp, la empresa que hace poco más de un mes cerró un acuerdo con el INTA para el desarrollo de técnicas de cultivo, variedades genéticas y la creación de un banco de semillas. “No es una sorpresa porque lo veníamos trabajando con el Ministerio, pero es un hecho relevante que en la sesión inaugural el presidente ponga en valor el potencial estratégico de la industria del cannabis”, agregó.

    A pesar de que, en efecto, la Ley de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis establece que el Estado impulsará la “eventual industrialización” para el “uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación”, los incipientes actores productivos de la industria del cannabis coinciden en que es necesario un marco regulatorio específico para incentivar la producción, más allá de la investigación y el acceso al cannabis con fines terapéuticos. Por eso, el principal objetivo estará centrado en regular e impulsar la cadena productiva de un sector con gran potencial estratégico.

    A principios de febrero, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ya se había reunido con la senadora Anabel Fernández Sagasti y las diputadas Carolina Gaillard y Mara Brawer para tratar el tema. Gaillard y Brawer presentaron en 2020 dos proyectos tendientes a promover la producción cannábica con fines medicinales y, en el caso de Brawer, para el desarrollo de la industria del cáñamo, en rubros como el textil o el alimenticio. Después de aquella reunión se había anunciado que avanzarían en un proyecto unificado, encabezado por el Ejecutivo, y ahora las dos legisladoras celebraron el anuncio presidencial a través de sus redes sociales.

    “Estamos poniendo en marcha una nueva industria en el país. Además del cannabis medicinal, la nueva ley podría agregar desde la fase productiva la posibilidad de la industrialización del cannabis en otros derivados como pueden ser bebidas, alimentos, productos veterinarios, cosmética, fitopreparados, entre otras cosas”, dijo en este sentido Fazio, quien detalló que “el procesamiento del cáñamo desde sus semillas, sus tallos, la extracción de sus fibras, abre un abanico de posibilidades productivas que contempla un cambio radical. Va a permitir la creación de una cantidad de proyectos productivos que inclusive pueden modificar la matriz productiva de algunas provincias para diversificar su producción”.

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