Pirotecnia: “Hay que cambiar la forma en la que celebramos, las tradiciones”, el pedido de la mamá de un niño con autismo

"Uno no toma consciencia hasta que no le pasa a uno o a un ser querido", afirmó Luna, madre de un niño de 5 años con TEA. Comentó la particularidad de su caso luego de viralizar una imagen de su hijo. Habló de la necesidad de “empezar a cambiar la forma en la que celebramos, las tradiciones, para que sean de forma más respetuosas" y consideró: “Creo que como sociedad nos falta empatía.

"Es un patrón que se repite en la mayoría de las personas con autismo", dijo Luna sobre la hipersensibilidad auditiva.

Luna Kachuk, madre de un niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA), visitó este 24 los estudios de CIUDAD TV para pedir a la comunidad que evite el uso de pirotecnia, tan perjudicial para quienes padecen de este espectro como para sus entornos. Luna viralizó hace unos días una imagen de su niño mirando un cartel sobre el consumo consciente de pirotecnia y su uso responsable, donde se visualiza a una niña tapándose los oídos y diciendo que las personas con autismo, las personas mayores y los bebés son sensibles a estos ruidos.

Explicó que, “si bien, el autismo es un espectro, no necesariamente todas las personas con autismo tienen sensibilidad auditiva. Pero la mayoría, sí. es un patrón que se suele repetir “, recalcó.

“En mi caso particular, mi hijo tiene hipersensibilidad auditiva y le afecta en un 80% y hasta 100%, mucho más los sonidos fuertes que a las personas neurotípicas, normales, por decirlo así”, remarcó la mamá.

Sobre la imagen viralizada, expresó: “Me impresionó como él se quedó observando la imagen porque se vio reflejado en eso. ‘No soy el único al que le pasa esto, hay otras personas a las que les está pasando’. A mi hijo, en lo cotidiano, hasta el ruido de la moto le afecta. Escucha sonidos que nosotros ni siquiera percibimos. En casa le decimos el niño gatito porque sabe que su papá está llegando por el ruido del motor del auto. Es muy sensible y no solo es que le aturde, sino que a veces me dice que le molesta o que le duele; que le da cosita, me dice”, contó.

“Es un patrón que se repite en la mayoría de las personas con autismo”, aseguró la mamá.

“El Mundial fue una antesala a las Fiestas. Tuvimos que estar encerrados, vivimos muy cerca del centro y los ruidos, los cohetes, las trompetas se escuchaban un montón. Estuvimos encerrados bastantes horas hasta que fue disminuyendo el festejo”, comentó.

Luna reconoció que en comparación con otros años “hay un poco más de consciencia, sobre todo por la campaña de personas protectoras de animales. Es tremendo la cantidad de animalitos que se pierden y lo pasan mal”. “Ni hablar de los accidentes domésticos con el mal uso de la pirotecnia”, añadió.

“Uno no toma consciencia hasta que no le pasa a uno o a un ser querido”, sostuvo y remarcó: “Creo que es una oportunidad para empezar a cambiar la forma en la que celebramos, las tradiciones, para que sean de forma más respetuosas”.

“Creo que como sociedad nos falta empatía y hasta que no le pasa a uno no te cae la ficha”, recalcó.

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El hijo de Luna tiene 5 años. “El autismo, cuando son muy chiquititos no es fácil de detectar. En nuestro caso, desde los 2 años observamos que él tenía particularidades. Aprendió a leer solo a los 2 años y medio, una hiperfocalización y obsesión por una cosa en particular, y rutinas muy estrictas”, contó.

“Es muy rutinario. Todo tiene que tener un principio y un fin. Él tiene que saber qué va a pasar porque si no le genera mucha ansiedad, malestar, se angustia mucho. Él tiene que saber todo”, indicó.

 

 

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