Arrancó este martes el juicio en el que un acusado de abuso sexual en la infancia será juzgado por hechos que datan de al menos seis años atrás y cuya víctima es una niña que en ese entonces tenía 10 años. “En estos años solo pasó 72 horas preso”, expresó la madre de la niña que al momento de los hechos tenía 10 años.
“La denuncia la hice el 11 de marzo de 2019, en ese momento la nena tenía 12 años, según su relato el abuso ella lo venía sufriendo desde los 10 años” comentó la mujer, la primera en prestar declaración oral este miércoles.
Desde las primeras denuncias, la niña se presentó en dos Cámaras Gesell, debido que “la primera no estuvo enfocada en el hecho en sí”. “Yo solicité otra porque ella me dijo que no pudo contar todo y que no le dejaron decir muchas cosas”, comentó.
La causa recayó en la Fiscalía N°6, que encabeza Roberto Villalba y fue caratulada como “abuso sexual con acceso carnal”. La niña fue sometida a Cámara Gesell y la evaluación determinó “indicadores emocionales asociados a vivencias traumáticas de índoles sexual vergüenza inhibición por su cuerpo tristeza manifestación de angustia, fallas en la memoria, sentimiento de culpa, encierro y aislamiento y desconfianza en adultos”.
El 25 de marzo de 2019, el fiscal Villalba elevó el pedido de alojamiento al jefe de la Comisaría Tercera de Resistencia, cuando se produjo finalmente la detención.
Tres días después y luego del cambio de carátula a “Abuso Simple”, la jueza María de las Mercedes Pereyra ordenó que se libere al acusado y determinó una multa de $40.000 con los que el presunto abusador de menores recuperó su libertad.
Actualmente la familia, intentó mediante distintas terapias y atención con profesionales que la niña recupere su estado emocional y psicológico, el cual se deterioró luego del abuso, y esperan el comienzo del juicio contra el hombre, el martes en la Cámara Primera de la provincia de Chaco, a cargo de la jueza Glenda Vidarte.
Sobre el proceso de juicio por jurado, la madre de la niña recalcó: “Estamos de acuerdo con este proceso, porque, me ha tocado que la misma jueza de garantías María Mercedes Pereyra, me haga una denuncia por mal uso de su nombre cuando liberó al acusado, porque dijo que había falta de pruebas”, sentenció la madre. “Por eso creo que un jurado popular puede sentirse inclusive más identificado o sensibilizado a este tema”.
El juicio se desarrolla en la cámara primera de Resistencia. “Lo único que espero es que estos años de espera hayan valido la pena y que el acusado pague lo que le hizo a mi hija con su libertad. Porque él ahora está haciendo, y siempre hizo, una vida normal.
Otra de las particularidades del caso, es que la niña tomó conciencia del abuso que había sufrido luego de una clase de Educación Sexual Integral. “En ese momento y ahí le dieron una charla de educación sexual, sobre el respeto al cuerpo del otro. Y ahí hizo una catarsis, a la noche estando las dos solas me lo contó”.
