El presidente de la Sociedad Rural, Marcos Pastori, dialogó con CIUDAD TV sobre la situación que atraviesa el campo en materia climática, luego del inicio de temporada de lluvias que empiezan a aliviar tanto a la producción agrícola como a la ganadera.
“Todavía no se pueden calcular las pérdidas, porque no hay una medición correcta sobre lo que se perdió o lo que va a faltar en lo inmediato”, dijo. No obstante, aseguró que “va a repercutir a largo plazo”.
“Estamos en la primera campaña de vacunación de 2023, ahí se van a ver reflejados los números en cantidad de terneros vacunados y del resto del rodeo”, apuntó.
Con respecto a la sequía, explicó que los ciclos productivos se sostienen en el tiempo, “tardan”. “Un ternero, en llegar a destino, a la faena, ya sea un novillito o una vaquilla, tarda 5 años. Así que si llevamos tres años de sequía, imaginate lo que puede llegar a repercutir en cada ciclo. Esto recién se va a notar en el 2024 o 2025. Es mucho tiempo para adelante en lo que respecta a la ganadería. Recién vamos a poder empezar a notar la baja oferta, o la escasa oferta de animales, en unos años y eso repercute en la mesa, en la carne, en el consumidor que va a comprar y en todos los productos”, indicó.
Consultado por los aumentos que sufrió el precio de la carne en el último tiempo, apuntó: “Aunque ustedes no lo crean, el animal en pie, que es lo que vendemos los productores, tuvo en la primera quincena de febrero con respecto al año pasado, lejos de aumentar, hubo oferta en todo el país. El animal en pie bajó muchísimo su precio, de un 30% hasta un 40%. En febrero no llegó a alcanzar a equiparar esa pérdida del 30% y 40% porque subió un 20% un 25%. Y ahora, en este último mes de marzo, no llegó a bajar el 20% que había recuperado, pero había bajado un 10% y un 15%. Así que nosotros seguimos por debajo. Todavía no pudimos alcanzar lo que se perdió en el 2022, en cuanto a precios”.
“La carne pegó un saldo abismal y el precio de hacienda sigue estancado, no recupera lo que debe recuperar. Tuvimos una inflación de casi tres dígitos en 2022 y esto también está relacionado a todo el insumo, desde logística hasta la innumerable cantidad de cosas que se utilizan diariamente en los campos para producir. Lo que se produce, el animal que se vende por kilo en pie, no acompañó nunca a la inflación. Hay un desequilibrio entre lo que pasa en la mesa cuando el consumir va a por un kilo de carne. No hay relación y es una situación histórica. El que produce, el productor primario ganadero, no compensa ni recibe lo que el consumidor está pagando en la carnicería”, aseguró.
