Este martes, el flamante presidente del Banco Nación (BNA), Daniel Tillard, expresó su acuerdo con la propuesta que busca privatizar la entidad junto a otras empresas estatales y que que está incluida en la Ley Ómnibus que impulsa en el Congreso de la Nación el gobierno de Javier Milei.
“La rechazamos de plano”, aseguró en diálogo con el móvil de CIUDAD TV, el secretario General de la delegación chaqueña de la Asociación Bancaria, Jorge Díaz, y sostuvo que es una idea que vuelve a surgir “de la mano de la ideología que hoy ejerce el Gobierno de la Nación. No es novedoso este intento para nosotros y todas las justificaciones que quieran dar desde el Gobierno son falaces, tiran números al azar sin contemplar cuestiones que mediaron de por medio, que han llevado al Banco a tener hoy una situación de mucha liquidez y muy apetitosa para las ambiciones del sector privado, por lo cual, entendemos que una privatización del Banco Nación puede significar la enajenación de un patrimonio del Estado Nacional que ha servido en toda su época para apalancar el progreso, apoyando a la producción, a pequeñas y medianas empresas, a los préstamos familiares, a toda la comunidad en general. En algunos momentos con mayor participación, en otros con menos, pero hoy es un Banco que está sólido y que para nada necesita de una privatización”.
Recordó que en los 90, bajo el Gobierno de Carlos Menem, también dieron “una gran pelea” ante un intento similar. “En ese momento, los diputados también jugaron un rol fundamental en el sentido de que en esa época el objetivo fue alcanzar un millón de firmas en apoyo de la postura de los diputados de oponerse férreamente a la privatización del Banco que consideramos que es no solo innecesaria sino que inoportuna”. “Seguramente esta idea va a aparecer cada vez que haya un gobierno ideológicamente identificado con la derecha”, sostuvo.
Respecto de cómo analizan esta postura de vender el patrimonio de los argentinos, Díaz remarcó: “Es muy sencillo, es un negocio para unos pocos. La organización del país a través de estas metodologías siempre vana favorecer a unos pocos amigos del poder de turno”.
Además, para Díaz, una privatización “sin dudas va a afectar a la fuente laboral, va a significar que el Banco se dedique exclusivamente a obtener rentas fabulosas sin tener en cuenta la preservación de fuentes de trabajo y de la cantidad de sucursales que hay en todo el ámbito de las República que tienen su razón de ser y justificar el servicio que prestan”.
