En el comienzo, Miguel Simons estimó que “las consultoras, al hacer el relevamiento, ha tomado los precios de las cadenas internacionales (menciona algunos ejemplos) y habrán comparado los precios de aquellas con los mayoristas. El supermercadismo local se provee de mayoristas, así que los precios van a ser mayores. Y respecto de los supermercados que compran en forma directa, su poder de compra no se compara con esta gente; y por ende pudo haber habido alguna diferencia”.
Añadió que, “en realidad los supermercados Pyme mantienen una diferencia pequeña con las grandes cadenas, sacrificando rentabilidad”, sosteniendo como ejemplo que, “si yo en mi negocio tengo que marcar con un 30% lo hago con un 25% para acercarme al precio de las grandes cadenas, que por su volumen de compra obtienen mejores bonificaciones”.
En relación al aumento en los últimos tiempos en los supermercados, Simons dijo que, “hay productos que han aumentado muchísimo, y hay otros que están en la gatera, sobre todo los ligados al petróleo-dólar. La harina no está aumentando, pero hay que envasarla, y todo eso impacta luego. Los que más aumentaron son los quesos, huevos, carnes y sus derivados y fiambres que subieron muchísimo; pero también están los vinculados a la época que suben y suben”.
Sobre el aumento de la carne, lo atribuyó “a que se han abierto mercados exportadores. Entonces los ganaderos que no llegaban a un peso mayor en sus animales, lo convierten en novillo. Porque, para exportar por la cuota Hilton, deben ser novillos. Ellos mandaban antes los animales al matadero, y eso era un volumen. Ahora, como la exportación se hizo bien, muchos están reteniendo vientres”.
Por otra parte, agregó que “acá en la zona, seguramente cuando se reconstruyan los caminos habrá mayor oferta del ganado. Hoy, la oferta de animales en buenas condiciones es escasa por los malos caminos que impiden la circulación de camiones jaulas; además, el exceso de lluvia hace que el pasto se pudra. La paradoja es que la demanda va bajando, va cayendo el consumo de carne, pero el precio sigue subiendo”.
“Nunca en Argentina, por más que sequen la plaza, va a dejar de haber inflación; porque los dueños de la materia prima son pocos. Este es un país supermonopolizado y al no haber competencia, dos o tres personas se ponen de acuerdo. Los servicios, la luz y la telefonía son monopolio , y siguen aumentado. Estamos en un mercado súper recesivo, las ventas están muy planchadas y sigue habiendo inflación”, reflexionó Simons.
En cuanto a la posibilidad de comprar en mayoristas, afirmó “sí, absolutamente, yo estoy totalmente en contra de eso, porque es una competencia sumamente desleal. El Estado permite una evasión implícita, porque el 80% de las ventas es a consumidor final. Significa que no es sólo la gente, sino también los comerciantes que van a comprar como consumidor final, y es evasión. Porque si ese comerciante comprara como responsable inscripto o como monotributista, tendría que aportar”.