Según fundamentó la diputada Spoljaric, la propuesta plantea que la integración de las personas que por su condición emplean la lengua de señas como medio de expresión y de vida y “pone en relieve la necesidad de que los futuros educadores incorporen herramientas que les posibiliten enriquecer y diversificar su formación para desempeñarse en distintos campos”.

    En ese sentido, sostuvo que la comprensión de la relación existente entre la educación y la persona sorda “se estrecha ante las ilimitadas posibilidades de aprender, participar, retroalimentar y socializar que tienen las personas sordas con los diferentes actores educativos; sin embargo, estas posibilidades también se ven restringidas por barreras generadas dentro del contexto”. Consideró que dichas barreras “se generan desde la planificación, desarrollo y evaluación de los proyectos curriculares en las adaptaciones de objetivos, contenidos, organización de apoyos, así como desde la forma en que se entiende la evaluación en el proceso de enseñanza-aprendizaje”.

     

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