La causa denominada Mazzoni – Casco, primer juicio oral por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura en Chaco con acusados civiles, se reanudará en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia (Hipólito Yrigoyen 33) desde las 9 h este viernes 2 de agosto, en el que será su segundo día de audiencia luego de que diera inicio el 4 de julio pasado.

    En la causa figuran imputados el ex funcionario judicial Roberto Mazzoni y el ex guardicárcel de U7 Pablo Casco, el primero por su colaboración con el dispositivo de secuestros y torturas a militantes en la década del setenta, y Casco por torturas y tormentos agravados a dos detenidos. Mazzoni fue designado secretario del Juzgado Federal en mayo de 1974, y el 28 de junio de 1976 el gobierno de facto lo nombró Fiscal, cargo que ejerció hasta el 8 de abril de 1992, cuando fue nombrado fiscal de la Cámara Federal de Resistencia.

    Para este viernes se espera la declaración indagatoria de Roberto Mazzoni y luego el inicio de la etapa de testimoniales, con la participación de cuatro ex detenidos políticos quienes fueron privados de su libertad en 1974, cuando “formalmente” regía el Estado de Derecho.El cronograma de audiencias es el siguiente; 6, 7, 12, 13 y 20 al 23 de agosto.

    Integran el tribunal su presidente Juan Manuel Iglesias, Selva Angélica Spessot de la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes y  Eduardo Ariel Belforte, del Tribunal Oral de Formosa.

    Según surge del requerimiento de elevación a juicio se registraron una serie de testimonios de varios ex detenidos y detenidas por razones políticas en los cuales se evidencian pedidos de ayuda a representantes de la Justicia que cayeron en saco roto ante la negativa de investigar las denuncias, en tanto los funcionarios judiciales, con el fallecido ex Juez Córdoba a la cabeza, articular su accionar para brindar una cobertura legal al plan sistemático de represión genocida.En lo que refiere el caso de César Casco, “célebre” entre la comunidad de sobrevivientes de la cárcel Unidad Nº 7 por ser uno de los jefes de guardia más violentos, se le endilgan torturas y malos tratos a varios reclusos por razones políticas.

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