A través de esta iniciativa se entiende como Escuela Saludable a aquel establecimiento educativo que realiza acciones sostenidas en el tiempo, destinadas a promover y facilitar un estilo de vida saludable en la comunidad educativa. Estas acciones son principalmente intervenciones en el entorno específicas para los principales factores de riesgo de enfermedades no transmisibles: consumo de tabaco, alimentación inadecuada y escasa actividad física.
Establece entre otras cosas, que la alimentación escolar debe ser planificada siguiendo las recomendaciones de las guías alimentarías para la población Argentina u otro instrumento que emane del Ministerio de Salud que en el futuro las reemplacen y mediante articulación de acciones estratégicas entre las áreas técnicas y competentes de los ministerios de Salud Publica, de Educación y Desarrollo Social.
Otro de los criterios será garantizar la opción de alimentos libres de gluten, certificados correctamente “SIN TACC”, tanto en comedores, como en kioscos escolares, si los hubiere; fomentar la realización de huertas escolares y priorizar el consumo y la elaboración de las comidas con productos naturales.