Comparar la expropiación de Vicentin con la 125 es en principio erróneo y por lo menos exagerado. Situaciones distintas en épocas diferentes. Pero hay muchos elementos comunes y un desenlace que pasará por el Congreso: he ahí ciertas similitudes.
Con el dato no menor, además, de que el oficialismo que entonces resultó derrotado, debe haber aprendido de esa experiencia y tomará los recaudos pertinentes si los números están ajustados. Cosa que en principio así se presenta en el Congreso.
Sin que se conozca todavía el proyecto -inmediatamente después del anuncio oficial comenzó a circular uno que deberá pasar por muchos tamices antes de llegar a Mesa de Entradas del Senado, por donde ingresará en los próximos días. Esa es otra diferencia con relación a lo sucedido hace doce años. Por tratarse de un impuesto, esa vez el proyecto entró por Diputados, donde fue aprobado tras un maratónico debate de 19 horas por 129 votos a favor y 122 en contra, el 5 de julio de 2008. Luego, como se sabe, el proyecto registró un empate en el Senado y definió Julio Cobos con su voto “no positivo”.
Ahora será al revés, y el Frente de Todos tiene todas las de ganar en la Cámara alta, donde goza de mayoría. El problema, en todo caso, lo tiene en Diputados, donde Sergio Massa ya está trabajando en el poroteo correspondiente para conseguir los votos que necesitará el oficialismo para aprobar la ley.
Y en principio los números están tan cerrados como aparecían hace más de una década con la 125. Tiene que llegar a 129 votos en una cámara en la que al Frente de Todos no le sobra nada, como se verificó allá por febrero, cuando tuvieron que apelar a la presencia del ya designado embajador en Brasil Daniel Scioli para llegar al quórum.
El bloque oficialista que lidera Máximo Kirchner tiene 119 miembros, pero el presidente de la Cámara no vota, así que le falta reunir 11 voluntades fuera del oficialismo para llegar al número clave. Descartado por supuesto Juntos por el Cambio, los ojos estarán puestos -como siempre, al menos hasta que las elecciones de 2021 alumbren otro mapa legislativo- en los dos interbloques que ofician como una suerte de “rueda de auxilio” para el oficialismo: el Federal (11 miembros), que preside Eduardo “Bali” Bucca, y Unidad Federal para el Desarrollo (8 miembros), que encabeza el mendocino José Luis Ramón. Este último ya mostró las cartas cuando días pasados, si bien aclaró que estaban “en expectativa” respecto del proyecto de expropiación, deslizó que “quien está gobernando está marcando el camino hacia dónde quiere ir, y hay otro grupo que ha resuelto defender intereses económicos de una empresa que tiene abandonados a más de 7.000 trabajadores y a no menos de 2.600 productores con cheques que no han podido cobrar”.
Ya ese bloque se alineó con el oficialismo cuando Juntos por el Cambio pidió una sesión especial para derogar los superpoderes y el único que se sentó en su banca para dar quórum fue el mencionado José Luis Ramón, porque ya había pedido individualmente derogarlos.
Si el Frente de Todos cuenta entonces con los 8 votos de ese interbloque, le faltarán solo tres para el piso necesario de 129 votos. Que deberá buscarlos en el seno del interbloque Federal, donde se descuenta que los tres diputados de Consenso Federal –Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez y Jorge Sarghini– votarán en consonancia con lo expresado la semana pasada por el referente de ese sector, Roberto Lavagna, que cuestionó la expropiación. Los santafesinos Luis Contigiani y Enrique Estévez también estarían contrarios a una expropiación, con lo cual el oficialismo necesitaría la mitad de los 6 diputados restantes. Los cuatro cordobeses responden al gobernador Juan Schiaretti, que ha dado señales de sintonía con Alberto Fernández, pero en este tema se ha mostrado callado, señal de que no está de acuerdo con lo en principio anunciado. Si los cuatro cordobeses no se alinean con el oficialismo, a estos solo les quedarían los dos del bloque Justicialista: Eduardo Bucca y el salteño Andrés Zottos. Le estaría faltando al Gobierno un voto más para sacar la ley.
Hay dos diputados más en la Cámara, que son los de la izquierda: Nicolás del Caño y Romina del Plá, partidarios de la expropiación lisa y llana, que presentaron su propio proyecto donde impulsan esa medida sin indemnización alguna al grupo empresario, y con la explotación de los activos a manos del Estado bajo la gestión de sus trabajadores. ¿Podrá arrastrar el oficialismo a los diputados de izquierda a votar a favor de la expropiación? Se verá.
Como sea, el Gobierno se tomará su tiempo seguramente para enviar el proyecto al Congreso, a sabiendas de que lo que entre por el Senado no debe sufrir modificaciones en Diputados. Esto es, que las concesiones que vayan a tener que hacer se concreten antes de que el proyecto llegue al recinto de la Cámara alta. Esas concesiones serán las que necesite el oficialismo para garantizar los votos necesarios para la aprobación de la ley y evitar un traspié que es lo que debe evitar a como dé lugar.