Pandemia: cómo afecta el encierro a la salud mental y cuáles son los indicadores de alarma

El licenciado en Psicología, Miguel Tentor, brindó algunas recomendaciones para reconocer indicadores emocionales y orgánicos que podrían estar dando cuenta de alguna alteración en la salud mental, en contexto de pandemia y asilamiento. “Hay que resignificar y trabajar en aprender a convivir con la incertidumbre", aseguró frente a un factor que puede ser determinante para la salud física y psíquica.

“Somos sujetos biopsicosociales. Eso nos determina y la pandemia como variable hizo que, a todos, en gran medida, nos impacte. Algunas personas tienen mayor capacidad para poder sobrellevar la situación y otras son más vulnerables”, apuntó el licenciado en Psicología, Miguel Tentor, en diálogo con CIUDAD TV, consultado sobre distintas alteraciones psíquicas en contexto de pandemia.

Comentó que lo primero que debe determinarse son los puntos fuertes y débiles de cada uno en este contexto. “Cada uno tiene que reconocer que hay una realidad que nos impacta y que hay que poder resignificar, no subestimar la situación ni transformar eso en algo que pueda afectarnos peor de lo que implica”, sostuvo.

Habló del concepto de “infodemia”, y aseguró que el exceso de información muchas veces “activa procesos ansiosos o depresivos, como variable independiente más allá de la situación de la pandemia, pero sobre todo de un año de cuarentena”.

Recomendó “aprender a convivir con la incertidumbre”. “Hay cuestiones que tenemos que tener cuenta para sobrellevar esta situación. Lo primero es aprender a convivir con la incertidumbre. Ese control que imaginariamente perdimos sobre nuestras vidas cotidianas antes de la pandemia hay que poder resignificar. Más allá de todas las investigaciones y saberes, casi no se sabe mucho. Buscamos con la información cierto control, pero no hay muchas certezas sobre como esto va impactado”, aclaró.

Como dato alentador, menciono a la vacunación y el conocimiento sobre los cuidados.

“La adaptación demanda mucha energía psíquica”, afirmó.

 

Cómo detectar alteraciones 

Para detectar algún tipo de trastorno mayor, recomendó prestar atención, en principio, a “cuestiones básicas de lo orgánico”. “Siempre la salud mental tiene un impacto en el organismo. Indicadores de salud mental básicos pueden ser el sueño, la variable es el estrés. Todo cambio en exceso, por aumento o por disminución a lo que cada persona considera que es su ritmo normal, cada alteración de más o de menos calidad y cantidad es para prestar atención y empezar a tomar decisiones en ese sentido: trastorno de sueño, si comemos demás también hay que prestar atención, el aumento en el consumo de alcohol o el cigarrillo también son indicadores de estrés, la capacidad de ocio”, precisó.

Otro indicador que mencionó es la disminución en el deseo en cuanto a la salud sexual. “Y en el trabajo, mucho o nada también es un indicador de alarma con respecto a la salud mental”, sostuvo.

 

Niños y adultos mayores

En cuanto a los niños, las escuelas y la presencialidad, aseguró: “Cada caso, cada contexto familiar es una situación particular. Es difícil generalizar, pero frente al peligro inminente de pandemia lo primero a priorizar, esto a título personal, es la vida. Es más fácil solucionar el tema de la socialización, que el contagio de algún familiar de riesgo. Los chicos se adaptan, muchas veces los grandes los subestimamos, pero tienen una gran capacidad de resiliencia y son muy creativos”.

Respecto a los adultos mayores, recomendó generar nuevas rutinas, “siempre en función de sus deseos, hay que escucharlos. Pero es saludable sostener rutinas porque el confinamiento seguramente para ellos va a seguir. Hay que resignificar y trabajar mucho esto de aprender a convivir con la incertidumbre. Es lo que más ansiedad genera e impacta en el organismo y en las emociones, viene asociado a la angustia, a otros trastornos”.

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