“El supermercado de proximidad, el supermercado pyme nunca vio reflejado en sus facturas de compras estos programas, bonificaciones, rectificaciones o vuelta atrás de precios”, aseguró Simons en declaraciones para CIUDAD TV.
“Nosotros, los de supermercados pymes, estamos atados a los mayoristas y a los distribuidores. Las empresas que nos venden en forma directa son muy pocas y, generalmente, las que lo hacen no son las marcas más demandadas. Así que nuestras expectativas sobre estas medidas son muy bajas”, afirmó.
De manera puntal, en lo vinculado al tema de la yerba, aseguró que “es abrir el paraguas antes que llueva. Pero con la expectativa de que va a faltar yerba o podría faltar en 2023, en 2022 ya la estamos pagando más cara”.
“Respecto a los otros productos, hay una cuestión bastante difícil de dilucidar y es por qué los productos aumentan mucho más que la inflación, no solamente los alimentos. desde las máquinas o herramientas que utilizamos en los supermercados hasta los vehículos que se utilizan. Todo aumentó dos veces la inflación, entonces uno no alcanza a entender”.
“Nosotros no somos formadores de precio. No obstante, estamos esperando qué precios saldrán del Estado. Hasta ahora son todas conversaciones, no hay precios definitivos o acuerdos definitivos para retrotraer los precios de la industria. Al no tener un precio de referencia, uno compra poco o compra menos. Porque vas a comprar un producto a $200 y después el Estado te va a decir que tenés que venderlo a $180. Entonces hay reticencia a comprar a precios nuevos”, explicó.
“El cliente está tan perdido como nosotros”, aseguró el referente al plantear “el problema principal de la incertidumbre de precios”. “Cuando se pierde el precio de referencia la economía se destartala y es lo que no está pasando ahora con nosotros”, sostuvo.
