La sanción de la iniciativa de autoría de la diputada justicialista Jessica Ayala fue unánime. La Ley nacional Nº 27.642, de Promoción de Alimentación Saludable, conocida como de etiquetado frontal, apunta a marcar con un sello de advertencia los productos que contengan exceso en azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y/o calorías.
En el Recinto, la diputada justicialista explicó los alcances de la normativa que establece que el sello informativo se ubicará en la parte delantera de los paquetes de alimentos y bebidas. Deberá tener forma octogonal de color negro, con borde y letras de color blanco en mayúsculas y su tamaño no podrá ser inferior al 5% de la superficie de la cara principal del envase.
Prohíbe además la publicidad comercial, dirigida a la niñez y a la infancia, de productos con sellos de advertencia. Y prohíbe también incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de menores.
Su par del interbloque del Frente de Todos, Hugo Sager, remarcó: “Vamos a adherir porque compartimos el espíritu que se persigue porque hemos presentado y existen en esta Legislatura proyectos en ese sentido”, dijo y mencionó el 1251 que prohíbe ofertas e bebidas que no contengan azúcares o jarabes maíz de alta fructuosa, e frutas artificiales o bebidas energizantes en cajas registrados o puertas de acceso y salida, contra lo que denominó “políticas de mercadeo”.
Desde el Frente Integrador, Jaime Parra Moreno también adelantó su voto a favor. “Creemos que es muy importante que el consumidor tenga la información sobre lo que está consumiendo y llevando a su cuerpo. Muchas veces, engañosamente, por propagandas o porque son ricos, no nos damos cuenta del daño a la salud que nos estamos haciendo; principalmente, a la salud cardiovascular. Se esconde realmente la cantidad de sodio que contienen estos alimentos y también bebidas. El sodio es la principal causa de la hipertensión arterial, principal factor de las enfermedades cardiovasculares”, remarcó. Lo mismo marcó con os altos contenidos de azúcares complejos, “con los que predisponemos a la obesidad a nuestros niños y a una mayor predisposición para el desarrollo de diabetes”; al igual que las grasas saturadas.
“Debemos cambiar nuestra forma de comer. Este etiquetado obligatorio va a favorecer a que seamos conscientes de qué estamos consumiendo. Después ya va a ser una decisión personal, pero no debemos olvidarnos de enseñar que tiene que comer nuestra población. Felicito a los autores porque es un proyecto más que importante para la provincia”, destacó previo al llamado a votación.