Por Silvio I. Feldman*
A su vez, adquieren centralidad casos dramáticos de violencia patriarcal y contra personas de diversas identidades de género, de trata de personas y venta de niños. Las acusaciones que comprometen al ex Presidente Alberto Fernandez, son impactantes, desoladoras.
Desde el poder, al mismo tiempo que se impulsan las críticas y se busca deslegitimar al feminismo y a las diversidades, se fomentan los discursos patriarcales, se desarman los dispositivos institucionales educativos, culturales, en relación con la ESI, de protección a las víctimas, de interrupción de embarazos en ámbitos públicos.
En contraste, hay una activa reacción social en defensa de la igualdad de género, del respeto por los otros, por las diferencias, lo que es especialmente alentador.
Una preocupación se impone de un modo acuciante: la deslegitimación del Peronismo, del ex presidente Fernández y su gobierno, así como del papel del Frente de Todos en dicho gobierno. Debilita y deslegitima a la principal oposición del gobierno de Milei y Villaruel–Macri, al mismo tiempo que busca descalificar a aquellos núcleos genuinamente opositores.
Nos impulsa el compromiso con la urgente necesidad de que la política nacional pueda ser reorientada hacia el desarrollo de un proceso transformador, con más justicia social, con una sociedad más solidaría, comprometida en asegurar condiciones para que todos y todas puedan–podamos-, vivir, desarrollar nuestras vidas y las de nuestras familias con dignidad, en las que se respeten los derechos humanos en un sentido amplio, en una sociedad democrática, republicana, más efectivamente federal. Contamos con una enriquecedora experiencia social de luchas y organización. De desarrollos y aprendizajes sindicales, de movimientos sociales y agrupamientos diversos, así como de articulaciones interinstitucionales. De logros, avances, retrocesos e impulsos de recuperación, que fue hecha propia, con sus singularidades, por distintas generaciones y sectores sociales.
Todo ello es lo que se quiere deslegitimar y eliminar desde el poder. Lo que se busca dominar y someter mediante persecuciones y amenazas, el uso de la violencia junto con la reivindicación del terrorismo de Estado, de los responsables condenados judicialmente por su probada responsabilidad en crímenes de lesa humanidad, por promover su libertad, y cuestionar los consensos democráticos contra los asesinatos de los adversarios políticos.
Es decisivo que quienes creemos que hay que cambiar sin demora y decisivamente la orientación de las políticas públicas, las políticas gubernamentales, trabajemos para sumar nuestro compromiso con un frente que lo impulse con fuerza, decisión y de un modo abierto.
(*) Ex rector de la Universidad Nacional de General San Martín, sociólogo.