La medida, que deberá ser tratada en el próximo plenario del cuerpo, “se convierte en la primera acción positiva para achicar la desigualdad entre hombres y mujeres para el acceso a cargos de juezas y jueces en la justicia nacional y federal”, destacó la legisladora y consejera.
En el último estudio del año 2018 del “Mapa de Género de la Justicia Argentina”, relevamiento periódico que realiza la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, se confirma un problema ya reconocido en diferentes ámbitos y contextos pero de difícil estudio en función de la falta de datos específicos: pese a que la composición del Poder Judicial es mayoritariamente femenina, esta representación no se ve reflejada en la distribución jerárquica de los cargos que ocupan, existiendo un marcado descenso de la presencia de mujeres en los estamentos superiores. Este fenómeno de segregación vertical es conocido como “techo de cristal”.
Bajo esta premisa, Brizuela y Doria afirmó que “hay que quebrar el techo de cristal en el Poder Judicial. Hay que producir un cambio efectivo en la composición de la magistratura argentina, y para ello debemos avanzar en medidas de acción positiva como esta y muchas otras que tenemos en debate. Estamos convencidas que con más mujeres, tendremos mejor justicia”.
El proyecto de la radical riojana recoge la iniciativa de la exconsejera y jueza Gabriela Vázquez, que no obtuvo tratamiento en la anterior integración del Consejo, según señaló el portal Parlamentario.
La propuesta fue enriquecida en el debate y se logró un texto consensuado donde se establece la modificación de varios artículos del reglamento de concursos, que permitirán que al menos dos mujeres por cada cargo a cubrir pasen a la entrevista personal, y al menos una postulante mujer integre las ternas.
“Para avanzar en el mandato constitucional de lograr la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres es necesario que desde los lugares de toma de decisiones se dispongan medidas de acción positivas como esta. Este es un primer paso para dar cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos por nuestro país en la materia. Es nuestra obligación tener en cuenta el impacto que la división sexual del trabajo tiene en el desarrollo de la vida profesional de las mujeres, y encontrar herramientas que permitan equilibrar esta situación”, expresó la senadora.
Y agregó: “Trabajamos para lograr el acompañamiento de todos los consejeros, queremos que esto se apruebe por unanimidad y que demos este salto cualitativo en materia de derechos. Falta mucho por hacer, pero con el compromiso de las consejeras y consejeros, y todos los actores del sistema judicial, paso a paso, vamos a lograr disminuir la brecha”.