El economista Bernardo Dikstein, apoderado además de una reconocida farmacia local, se refirió en CIUDAD TV a las nuevas medidas que analiza el Gobierno en relación al congelamiento de algunos precios de medicamentos. “Los medicamentos tienen un precio de venta al público uniforme en todo el país. Es uno de los pocos casos en donde aquel que va con una prescripción médica a cualquier farmacia lo consigue al mismo precio”, sostuvo.
Remarcó que entre octubre y noviembre de 2019 y los mismos meses de este año “los medicamentos aumentaron casi un 100%, no sé hasta qué punto más que la inflación, puede ser en casos puntuales. Y todos fueron aumento autorizados por la Secretaría de Comercio de la Nación”. “Y como hablamos de un bien necesario para atender la salud de la población supongo que será materia de negociación entre el actual secretario de Comercio y los laboratorios productores. Las farmacias no intervienen en esto, son precio-tomadores, no precio- formadores”, aclaró.
Reconoció que sí existen medicamentos cuya demanda “es absolutamente inelástica frente al aumento del precio, por ejemplo, la insulina. Aquella persona que depende de la aplicación diaria y de más de una dosis por día de insulina no puede decidir comprar menos porque haya aumentado un 20%”. Aunque aclaró que, en el caso de la insulina, normalmente cuentan con el 100% de cobertura.
“En líneas generales es muy preocupante más allá que bajo este Gobierno se amplió la cobertura de medicamentos al 100% para, por ejemplo, los afiliados del PAMI. Pero, en general, a la gente le preocupa mucho y sobre todo quienes dependen en forma crónica de un medicamento que no les cubre el sistema de obras sociales en su totalidad. Se ven obligadas a destinar un porcentaje cada vez mayor para la compra de medicamentos”, afirmó.
“Cuando uno tiene que destinar un mayor porcentaje de sus ingresos a cubrir algo de aquello de lo que no puede prescindir termina generando una competencia por los destinos del ingreso de la gente con otras áreas. Es decir, si yo no puedo dejar de pagar la luz, el agua, el gas y los medicamentos, consumo menos ropa, por ejemplo. Es una situación preocupante”, sostuvo.
A la vez que reconoció buenas intenciones en las políticas que viene adoptando el Gobierno en este escenario, también consideró reflexionar sobre “hasta donde el gobierno tiene la capacidad de conseguir que este tipo de acuerdos o congelamiento se produzcan en la realidad, que el consumidor los note”, indicó.
