El especialista explicó que el comportamiento del Bermejo “es todos los años igual, muy parecido. Tiene actividad y trae mucha agua cuando llueve en la cuenca alta: Salta, Jujuy, sur de Bolivia. Eso se da desde diciembre hasta abril, ese es el periodo de lluvias y por lo tanto el río reacciona. Lleva mucha agua desde enero hasta mayo y luego baja lentamente hasta que aparecen las nuevas lluvias. Algunas lluvias ya deberían haber aparecido en noviembre y es lo que todavía no se ha dado. Por esto el río lleva muy poca agua en estos momentos, quizás unos 60 o 70 m3 por segundo, cuando en crecida lleva 1500 y hasta 1800 m3, con un promedio anual de 400 m3”.
Señaló que, en el cauce del Bermejo en estas condiciones, las altas temperaturas y el poco y escaso movimiento del agua son “caldo de cultivo para que distintos contaminantes que tiene la naturaleza produzcan estas algas y ese color típico, verde clorofila, que genera la posibilidad de algas que pueden afectar la salud”.
Mencionó que ante la proliferación de estas algas es necesario activar el tratamiento que las erradique, “eso hacen con carbono activado, que es más caro, pero asegura la calidad del agua potable”. “Por otro lado, hay todo un protocolo en el que se recomienda a la población no bañarse en esas aguas, no consumirla. No es una cuestión típica del Bermejo solamente sino a nivel nacional, cuando se producen esas condiciones de muy altas temperaturas, de mucho sol. Se la ha detectado desde la Patagonia al Norte, sobre el río Paraná, el río Paraguay. Acá, el inconveniente es que no se observa, por lo menos ahora, perspectiva de lluvia sobre la cuenca alta. Entonces, todavía hay un periodo de tiempo de una semana, 15 días, en la que el caudal del bermejo seguirá siendo muy pequeño y con altas temperaturas. Nos esperan todavía unas dos semanas hacia adelante bajo estas condiciones”, sostuvo.
