Si bien la sesión especial pedida por el Pro y La Libertad Avanza parecía en un principio no correr ningún peligro de realizarse, todo se complicó a partir del día previo, cuando el Gobierno resolvió postergar el tratamiento del Presupuesto 2025. Y finalmente todas las prevenciones se confirmaron a las 12.31, cuando el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, dio por caída la sesión, dando inicio al debate en minoría.

    La sesión tenía como objetivo, además de Ficha Limpia, debatir el proyecto de reiterancia y reincidencia, como así también una iniciativa que garantiza el voto por correo postal de los argentinos que residen en el exterior.

    La reunión convocada para las 12 tuvo una extensa reunión previa de Labor Parlamentaria, en la que se habían pactado homenajes, cuestiones de privilegio y apartamientos de reglamento. Pero todo dependía de reunir los 129 diputados indispensables para arrancar, y se llegaba a la sesión solo con la garantía de contar con los diputados del Pro, LLA, la UCR y otras bancadas menores. Con ellos no fue suficiente.

    Las razones del enojo de quienes optaron por no sentarse en sus bancas deben buscarse en el fracaso del tratamiento del Presupuesto en el día previo, cuando el titular de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, se presentó en Pasos Perdidos para aclarar que, si bien el Gobierno tiene “voluntad” de “seguir trabajando” para lograr consensos y contar con un Presupuesto nuevo para el año que viene, como “todavía no hemos llegado a un punto en común que permita garantizar el déficit cero”, el tratamiento quedaba suspendido. Fundamentalmente los gobernadores son los que mostraron su enojo y encontraron en la sesión pedida para este miércoles una manera de hacerlo saber.

    Parlamentario

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