La depreciación del peso del 2 por ciento prevista por el Gobierno nacional para diciembre (crawling peg), sumada a un incremento de la cotización del barril de Brent (punto de referencia para la Argentina), llevó a las compañías petroleras a tomar la decisión, según fuentes del sector privado.

    YPF venía de aplicar un aumento del 2% en sus combustibles el pasado 1 de noviembre, por lo que será el segundo mes consecutivo con incrementos, luego de la leve baja de octubre. Se espera que Shell, Axion y Puma, las competencias del mercado, sigan a la petrolera estatal, que también es la que concentra cerca del 60% de las ventas.

    La suba ejerce más presión sobre los precios en un mes que suele ser más inflacionario que el resto del año y en momentos en que el Gobierno aspira pasar el costo de vida de 2 por ciento a niveles del 1 por ciento mensual. En este contexto, la venta del crudo no despega. Según un informe de la Secretaría de Energía de la Nación, los despachos de combustibles cayeron 8,8 por ciento en octubre (interanual).

    La caída se explica por la baja del consumo en general y por la crisis que atraviesa la economía real. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción registró una reducción de 26,4 por ciento y el Índice de Producción Industrial Manufacturero un declive de 6,9 por ciento en agosto 2024, medido en términos interanuales por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec).

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