La desaceleración inflacionaria que se verifica en los últimos meses en Argentina no está acompañada por una recuperación generalizada del consumo. Así lo indicó el economista: “El sistema de precios está mostrando una desaceleración muy importante, y eso es muy positivo, pero eso no viene acompañado necesariamente de un proceso de reactivación del consumo, principalmente del consumo de los bienes más básicos”.

Al detallar los indicadores, explicó: “Los bienes esenciales, productos de almacén vinculados a la comida, todavía están mostrando un retroceso. No logran recuperarse o, en los casos que crecen, lo hacen muy poquito”. Señaló que esto se debe, en parte, a “una base comparativa muy baja del año pasado”.

En contraposición, dijo que “hay otros bienes que son considerados no esenciales, los durables, que están mostrando un crecimiento muy fuerte como vehículos automotores y electrodomésticos”.

“El escenario muestra que las personas con ingresos suficientes, que incluso durante la crisis del año pasado no dejaron de consumir, ahora con cierta estabilidad y crédito disponible se vuelcan a los bienes durables”, afirmó. Pero aclaró que “hay mucha gente que, pese a la baja de la inflación, no logra recomponer sus ingresos con la fuerza suficiente como para volver a consumir una canasta de bienes básicos como en otro momento”.

Sobre el informe de ventas en supermercados difundido por el INDEC, Pegoraro señaló que “creció 8,9% interanual en abril en términos reales, pero contra un abril del año pasado que había sido catastrófico”. Y agregó: “Productos como artículos de almacén, limpieza y perfumería o lácteos no están mostrando el mismo ritmo de crecimiento que otros rubros como indumentaria o electrónica”.

En cuanto a la política salarial vinculada a la caída del consumo, explicó que “el gobierno no está homologando acuerdos paritarios por encima del 1% mensual”, lo que evidencia una estrategia deliberada: “Planchar salarios es parte del programa económico. Ellos no lo dicen así, pero al final del día es lo que proponen”.

Pegoraro sostuvo que “la condición sine qua non del programa económico actual es el superávit fiscal”, pero advirtió que “ponerlo como única condición también puede llevar a problemas. La pregunta es: ¿a qué costo?”.

Endeudamiento

Respecto al endeudamiento del gobierno nacional con entes internacionales, Pegoraro afirmó: “Es cierto que el endeudamiento es un problema todavía, pero hasta hoy, gran parte de la deuda que se tomó sirvió de manera indirecta para salir de otras, sobre todo de la deuda intraestatal y del déficit cuasi fiscal”.

Destacó que “el balance del Banco Central se está saneando cada vez más”, lo que considera positivo, aunque expresó preocupación por señales recientes: “Hace algunas semanas empezaron a usarse herramientas como los capitales golondrinas, que ya se probaron en 2018 con resultados negativos”.

“El modelo cierra hoy con endeudamiento, y si se administra bien, podría cortarse en algún momento de manera sana, pero no hay certeza de que eso ocurra”, sostuvo. Y agregó: “Hay fundamentos distintos en el programa actual, pero preocupa que se vuelvan a usar herramientas que quizás no son aptas para un país como Argentina”.

Reclamos por la coparticipación y estado de las rutas

Sobre la relación Nación–provincias, Pegoraro cuestionó: “La Nación tomó medidas unilaterales sobre el esquema tributario que afectaron directamente a las provincias sin consultar”. Mencionó como ejemplo la reforma en la retención de IVA a importadores: “Los gobernadores se enteraron de que iban a tener menos recursos por IVA porque se cambió el esquema recaudatorio”.

Según el analista, “el gobierno nacional rompe con la normativa federal. Ni siquiera respeta el espíritu federal, ignora a las provincias como actoras centrales del mapa económico y político”.

“La discusión pasa por cómo reconfigurar una relación Estado–Provincia sin que la Nación tenga el látigo de la billetera, y sin que las provincias se vuelvan secesionistas”, opinó.

Consultado por el deterioro de las rutas nacionales, Pegoraro explicó: “Los fondos para el mantenimiento vienen de impuestos específicos, como el que se recauda por los combustibles, que deben ir a un fondo para rutas”. “Si la Nación no quiere usar ese dinero para lo que fue recaudado, debe devolverlo a las provincias. Lo que ocurre es que este gobierno cree que la plata que ingresa es propia”, cuestionó, y lo calificó como “otra demostración del centralismo”.

Situación provincial

Finalmente, sobre el panorama provincial, afirmó: “La situación está siendo administrada. No hay una crisis que esté por explotar, pero sí hay preocupación para el mediano y largo plazo por el recorte de ingresos”.

Señaló que “el gasto del Estado es muy importante y la no mejora en los ingresos genera un limitante para el gasto público”. Añadió: “El Estado tiene compromisos ineludibles: salarios y deuda. Lo que queda, si queda algo, se destina a otras cosas”.

Advirtió que sin recomposición de ingresos, “Chaco corre riesgo de no poder desarrollar obras públicas ni proyectos de inversión”. Y concluyó: “Podemos tener un Estado que funcione al mínimo, porque no tiene los recursos para expandir el gasto. Esto se vincula con una recuperación muy lenta que no estaba previsto que fuera así este año”.

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